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Mostrando entradas de abril, 2020

LA SEÑORA ANITA

Waldo era uno de los tantos repartidores que recorrían las calles de Buenos Aires.  Un inmigrante que la ciudad había recibido con los brazos abiertos. Encontró trabajo, fue haciendo nuevos amigos, compatriotas que estaban en la misma, con los que se juntaba los fines de semana. Era ahorrativo, juntaba unos pesitos para mandarle a su familia. Se las rebuscaba. Cuando explotó la pandemia entre nosotros, su trabajo se multiplicó, muchos no querían tomar más pedidos, pero Waldo necesitaba el dinero y no arrugó. Salía muy temprano por la mañana y llegaba al fin del día destruido para dormir y volver a arrancar. Había una señora, con la que simpatizó de entrada, le gustaba charlar y él le dedicaba un tiempo extra en sus encargos. Le contó que su hija y sus nietos vivían lejos. La empresa le había pedido especialmente que se ocupara de ella, era de sus clientas más fieles. Anita era ágil para su edad, había sido directora de escuela, su charla era entretenida, y estaba llena de anécd

Fin de la guerra

Mi padre siempre contaba que durante cinco años había esperado ansioso los diarios para enterarse las noticias de la guerra. El día que la primera página decía FIN DE LA GUERRA (1939-1945) se había preguntado - ¿y ahora de que se va a hablar?-. Yo nunca lo habia entendido....hasta ahora.

Abuelo las pelotas

Había llegado a sus 72 años como siempre quiso llegar. Corría una hora por día, jugaba golf 3 veces por semana, pesaba 74 kilos y podía jugar bridge por tres horas,  sin perder la concentración. Cuando le dijeron que no podía salir de su casa sin autorización, pensó que era una joda. Miro los noticieros, leyó los diarios. Y sí, un burócrata infeliz, había decidido que los últimos caramelos que le iban quedando en el frasco, los debía pasar encerrado entre cuatro paredes. Entonces se decidió a actuar. Estudio concienzudamente todos los permisos que otorgaban y se hizo un experto en sacarlos. Hacía uno distinto para cada día.  Todos los días, salía de su casa, se subía a un colectivo y llegaba hasta la terminal y lo tomaba de vuelta,  hasta la otra cabecera. Todavía no se ha atrevido a hacer cambio línea. En los controles era un experto, con el barbijo y el buzo con capucha, no se distinguía la edad y el certificado trucho de DNI en trámite, le permitía pasear por la ciudad. Era

Cuarentena amorosa

-         - Hola PAPILIK -         - Hola MAMILIK. Respondí. ¿Como esta mi bebe? -         - Triste, cansada de tanto encierro. -Hoy en la radio un científico dijo que “el contagio del virus entra por las zonas húmedas. Me pregunto¿ si vos me haces sexo oral, que es una zona de humada a muy húmeda, me seguís, ¿me puedo contagiar? -         - ¿Qué? Se supone que el virus entra por  los ojos, la nariz, la boca y pasa por la garganta y se aloja en los pulmones. -         - Hay que bueno. Me dejas mas tranquila. -         - Mamilik, hoy cumplimos un mes. -         - ¿Como un mes? -         - Sí, de cuarentena. -         - Ummmm, es verdad. -         - Mamilik, para festejar te propongo un juego. -Vos tenés que imaginarte que mi mano va a acariciar tu cuerpo. Pones tu mano sobre la mía, virtualmente y sentís como si fuera yo el que te acaricia. -         - Hay Papilik ,tienes cada idea. -         - Te explico en USA las parejas jóvenes que por trabajo viven sepa

Pascuas en Miami

Aprovechando mis vacaciones, fui a pasar las festividades de Pascuas con mi primo y su esposa. Ellos se habían mudado a un hermoso barrio cerrado. Estaba rodeado de tres canales y una avenida importante. Tenía un sector protegido por el Estado. Era un pequeño bosque, muy añoso. Allí, en ese lugar natural, pernoctaban un enorme grupo de aves nativas. Según me comentaba mi primo,  allí también anidaban todos los años. Yeyi me comento que cuando alguien los visitaba, ella revivía, se sentía alegre y vivaz, ya que solía extrañar mucho a la familia. Los vecinos del frente de su casa, vinieron  de visita a tomar el te.    El señor joven deportista y muy elegante su señora hermosa mujer,  rubia, alta y con un lomo infernal.   Comentó, que tenían la costumbre de esconder una cantidad de huevos duros pintados de distintos colores. Los ocultaban, dentro de la casa y debajo de las plantas del jardín, con el propósito de que sus tres niños los encontraran. Para la recolección de cada

Las cosas se ponen feas

Pasaron los meses y lo que al principio se llamó cuarentena se convirtió en Aislamiento Sanitario Voluntario. El virus iba por su mutación 48 y   la raza humana no sabía cómo combatirlo. Se moría gente en todo el mundo y lo único que se podía hacer era tratar de evitar contagiarse. La calle ya no era la misma. Salir por las compras se convirtió en un riesgo cada vez mayor. Los animales, ya a esta altura, todos salvajes atacaban cada vez más seguido en busca de comida. Primero fueron los perros y los gatos. Después aparecieron ratas, hurones y comadrejas.    Ahora hay lobos, caballos, chanchos, patos, gansos, cabras, iguanas, chimangos y solo por nombrar las del barrio. Al principio la gente cuando salía de hacer las compras, ante la aparición de mascotas en busca de comida, les daba algo e incluso había quien les compraba especialmente. Ahora   como si se hubiesen pasado el dato están acechando en la puerta de todos los comercios. Los edificios de departamentos,   donde hubo un s

Cuarentena

El imitador aburrido de la cuarentena, decidió hacer un almuerzo al estilo de Mirta. Puso su mejor mantel, seis copas de bacará heredadas y dos candelabros de plata. Hábilmente filmado con el teléfono celular hizo entrar de a uno los invitados al marco de la pantalla. Madona inauguró la mesa, en inglés con un traje de cuero sintético negro. Ingresó de la Rúa, después de preguntar con la mirada cuál era su silla, tartamudeó un saludo. Una posición más allá de pañuelo anudado a la nuca se sentó el Pirata del Caribe, gran protagónico de Johnny Deep. Al lado izquierdo se sentó Moria, personaje poco logrado por su fuerte parecido al pirata, guiñó un ojo a la cámara y concluyó apoyando descaradamente dos pechos sobre el plato, se oyó una risa externa. El cuarto lugar lo ocupó Julie Andrews, caracterizada de novicia rebelde, éste era el personaje preferido del imitador, giró sobre sus tacos acampanando el vestido floreado en forma de sombrilla, luego cantó el tema de la película. Lleg

Vecina cachondita

- Buenas tardes. Como esta Don Raúl. - Por favor Rosita , sin Condon. (Silencio reflexivo) -         Hay …. pero que pícaro es Raullllll. -         ¿Cómo dice que le va, a mi vecina preferida? ¿qué puedo hacer por usted? -         Tantas cosassss. Voy de compras. ¿Necesita algo?. -         En esta soledad, solo cariños. -         Por favor, mire que me pone nerviosa. -         Lo que usted quiera belleza. -         Bue,  cuando el cerdo de mi esposo se duerma, subo y le traigo algo. -         La espero ansioso, a mi vecina, la mas hermosa de este edificio. -         Que salamero que es.!!!! -         Antes que se retire, ¿va a salir así vestida?. -         Es que si me visto para salir, el cerdo me empieza a preguntar. Es muy celoso. ¿Por qué, no le gusto así? -         De cualquiera manera Preciosa. Pero me llama la atención que este en batón, ruleros, pañuelo en la cabeza, chancletas y el changuito. -         Le repito es para despistar al que le

Una fractura en cuarentena

Mecha estaba intranquila, la pandemia estaba lejos, pero las noticias no eran alentadoras. No sabía nada de su familia, hacía rato que no los veía. Cada uno estaba en lo suyo y aunque vivieran relativamente cerca, mantenían distancia. Sabía que Rafa, su hermano, andaba en algo con Robertito. No era una buena compañía, tenía un largo curriculum. Se reunían todas las tardes, en el bar de Quique.   Cuando lo vió llegar a su casa, en ese estado, se sorprendió. _ ¿Qué haces acá? Años sin verte. Dijo Mecha _Estoy hasta las manos, querida. Me tenés que ayudar. Dijo Rafa. _ ¿Qué te mandaste? Dijo ella. _ Nos jugamos con los pibes, en la sucursal de Lucecitas. _ ¿Te están buscando? Preguntó nerviosa. _Por ahora, parece que zafé. Me tengo que guardar unos días, si me haces el aguante. Ella asintió de mala gana, finalmente eran familia y no lo iba a dejar en banda, aunque fuera una locura. Le contó que había hecho de campana, en realidad, los tenía que buscar en el camion

Nairobi

Llamó anoche mi yerno desde Nairobi, por suerte allá están todos bien, mis nietos e hija la pasan tránquilos, no hay epidemia. Me contó que como no hay deportes en la TV, la gente se aburre, y bajo mucho la concurrencia a los bares, donde pasaban los partidos en mega pantallas. Entonces salió una app. para hacer apuestas con la pandemia. Igual que con las carreras de caballos, se reúnen en los bares y ahora se ven los noticieros internacionales las veinticuatro horas con las últimas  novedades. Pasan las estadísticas actualizadas en tiempo real, como en la bolsa, un zócalo en la pantalla informa cómo van los muertos, los contagiados y los dados de alta en cada país. Si está por salir o no la vacuna… Entonces la gente desde  el celular apuesta. Es muy cambiante.  A veces el segundo pasa al primero o el tercero pica pegado a los palos y ese día metió seiscientos muertos y quedó segundo. Algunos ganan  y otros pierden, así es el juego ¿no?. También están los grandes especuladores, los ti

Juegos

No ve la hora que termine la cuarentena y poder volver a seguirla. Lo piensa y se regodea de placer de imaginarse caminando hacia el lugar donde cree que puede haber ido y encontrarla en buena posición y sonreír  o empezar a buscarla fijando la vista, caminando hacia adelante y retrocediendo para al fin buscar reemplazarla por otra a la que empezará a seguir. Siempre se lamentaba cuando perdía una nueva. Experimentaba un deseo irrefrenable de pegarle lo más fuerte posible y tener la sensación de que sangraba. Verla salir despedida y lamentarse de verla pegar de lleno contra el árbol y  caer. Cuándo se podrá volver a jugar.

Después de la pandemia

Él después de la pandemia y las cuarentenas se dio cuenta que la vida en las ciudades era un peligro. Bastaría con que se cortara la electricidad y ya no habría agua ni cloacas. Inmediatamente faltarían los alimentos, bebidas y colapsarían los medios de locomoción. Las ciudades se convertirían en trampas mortales. El lugar, para mudarse, debería ser alto, con acceso al agua potable y suelos fértiles. Habría que instalar pantallas de energía solar y tener unos pocos animales. Una granja chica que pudiera ser manejada por la familia. El aprendizaje calculo que le iba a llevar 2 años. Como él, no era ningún genio, lo mismo fue visto por millones de personas en todo el mundo. Los primeros que accionaron pudieron vender sus departamentos, casas, comercios o cocheras a buen precio y comprar las mejores tierras. A medida que las ciudades se iban quedando vacías, el valor de las propiedades se derrumbaba, los servicios públicos se deterioraban por falta de recaudación y los precios de c

Encuentros con Giani

a GIANI Café con Giani - Hola Giani, ¿ tomamos un café?. - Dale Abue, en,¿ Yerba Buena? . ………………………… - ¿Como va todo? - Bien Abu. Un poco cansado del trabajo, universidad, estudio, prácticos, joda…. - ¿Y vos? - Preocupado con el tema del país, los Fernandez, los Macris y el resto de este gran lio político …. tambíen trabajando,  muy cansado. - Pero dejate de joder Abu, con esas historias de viejo. Mejor dicho de temas tan viejos. Nosotros pensamos y miramos para adelante. Revolución tecnológica total, 4.0, igualdad, entre otras…. En veinte años más, lo que vos decís, va a ser historia antigüa. Nosotros vamos a gobernar no solo acá sino en todo el planeta. - Que, que me decís, ¿revolución mundial?,  ¿4.0?. ¿Que me estas diciendo?. ¿Me querés volver loco?. - Te explico Abu (con un tono piadoso y compasivo). Las ideologías actuales, las tecnologías, los cultos, el trabajo actual,   etc., etc…….. como los conocemos, van a desaparecer.  Desaparec