No ve la hora que termine la cuarentena y poder volver a seguirla. Lo piensa y se regodea de placer de imaginarse caminando hacia el lugar donde cree que puede haber ido y encontrarla en buena posición y sonreír o empezar a buscarla fijando la vista, caminando hacia adelante y retrocediendo para al fin buscar reemplazarla por otra a la que empezará a seguir. Siempre se lamentaba cuando perdía una nueva.
Experimentaba un deseo irrefrenable de pegarle lo más fuerte posible y tener la sensación de que sangraba. Verla salir despedida y lamentarse de verla pegar de lleno contra el árbol y caer.
Cuándo se podrá volver a jugar.
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